domingo, 17 de mayo de 2009

PROSPERIDAD: EL EQUILIBRIO DE LAS ENERGÍAS

La prosperidad y la abundancia es un tema que está a la orden del día, últimamente he leído muchos artículos sobre este tema y he llegado a la conclusión de que la Prosperidad y la Abundancia, es un estado de conciencia en el cual elegimos estar o no, y para ello debemos de cuidar nuestros pensamientos, nuestros deseos internos, nuestra forma de vivir, saber elegir los espacios (físicos y mentales) que habitamos y hacer que estos espacios sean armónicos y equilibrados.
Considerando que somos nosotros los que creamos nuestra propia realidad a través de nuestros pensamientos, sugiero que armonicemos nuestra mente con pensamientos agradables, positivos, para que esa buena suerte o éxito en lo que emprendemos, ocurra.

Permitamos que nuestro corazón, nuestro interior nos guie, la energía del corazón está caracterizada por ‘el flujo de lo natural. Cuando las cosas salen bien y aparecen espontáneamente en nuestro camino, ésa es la señal de que nos movemos con el flujo de nuestro corazón.

Otro flujo de energía que pertenece al corazón es el flujo de lo suficiente. ‘Suficiente’ significa: todo lo que yo necesito aquí y ahora está disponible para mí y yo lo disfruto. Vivir en el flujo de lo suficiente significa que con frecuencia nos sentimos satisfechos y agradecidos con todo lo que tenemos. Nos sentimos alimentados por aquello que nos rodea en el nivel material, emocional, mental y espiritual. Eso es la Prosperidad. Eso es tener lo suficiente y lo que es “suficiente” para ti, tal vez no es suficiente para mí o para otros, por ejemplo, podemos estar bastante enojados porque no estamos tan bien situados como otros, podríamos estar tristes o lastimados o desilusionados. Todas estas son subdivisiones de la falta de prosperidad. Es por ello que la prosperidad es una energía tan difícil de manejar. La verdadera prosperidad, la verdadera riqueza es mucho más que el tener dinero en nuestros bolsillos. Es el generar un mundo y una vida en donde haya amor, donde permitamos que la energía de la creatividad se manifieste a través de todos los sentidos como una danza de energías. Sintamos el equilibrio del yin y del yang en nuestro interior y en ese perfecto equilibrio es donde encontraremos el mar de la Abundancia.

Para equilibrar estas energías en nuestras vidas, además de prestar atención a nuestros pensamientos, seguir el flujo de de lo natural a través de nuestro corazón, amar incondicionalmente, permitir que fluya la energía de la creatividad, debemos limpiar nuestros espacios físicos, organizar nuestras casas y lugares de trabajo. Empecemos por los armarios, vamos a deshacernos de la ropa que no usamos hace más de un año, zapatos, bolsos (dando se recibe), dejemos espacio para que entre lo nuevo.

Debemos tirar los objetos rotos: tantos los objetos decorativos como las tazas, platos, vasos. Papeles que ya no nos sirven para nada, apuntes del pasado que nunca volveremos a leer, notas, etc.

Organicemos el trastero, los maleteros. No acumulemos periódicos ni revistas viejas, esto produce el estancamiento de la energía.

Después de hacer esta limpieza física, debemos de hacer una limpieza energética de nuestros espacios. En el Feng Shui de la Escuela del Sombrero Negro, la cual nace de la Escuela de las Formas, se utilizan curas místicas del entorno, denominadas “yi”, y tratan de incrementar y mejorar el “chi” (energía) de un lugar, en los aspectos que están detrás de lo físico, por medio de la armonización y reforzamiento del estado energético de las personas y la meditación. El “yi” es una parte intangible del Feng Shui que está relacionada con la mente y con aquellas sensaciones que están detrás de nuestras reacciones con respecto al entorno. Así como nosotros tenemos un campo áurico que nos protege (aura), las casas también tienen un aura ectoplasmica, y en esta aura van quedando grabadas todas las experiencias agradables y desagradables vividas. Por esto generalmente las discusiones en una casa, o lugar de trabajo casi siempre son por lo mismo, es como si tomáramos el tema del archivo, lo pusiéramos en la mesa para discutirlo por enésima vez, nos enojamos y esta energía vuelve de nuevo a quedar impregnada en las paredes. Esto puede seguir ocurriendo por muchísimo tiempo. Por ejemplo si un matrimonio se casa, vive en un determinado lugar, su relación es conflictiva y termina en la separación, ellos se van y llega otro matrimonio a vivir, y si no se realiza una limpieza energética, lo más probable es que a ellos les ocurra lo mismo. De igual forma si han vivido personas sin prosperidad o carentes de abundancia.

Nuestra casa es una representación simbólica de nosotros mismos, y, en un sentido más amplio, una prolongación de nuestro yo. Entonces, cada vez que se hace una limpieza energética, de alguna manera también se limpia, se despeja la vida de las personas que allí viven. Su casa puede transformarse en un oasis de paz en el tiempo y en el espacio, que atraerá el amor y la claridad del universo, y a su vez difundirá estas cualidades por el mundo. La razón por la cual debemos limpiar los lugares energéticamente es porque la energía se ensucia, se estanca y esto influye en la salud, el bienestar y la prosperidad de los habitantes de la casa.

Yo suelo hacer estas limpiezas con octágonos energéticos, que son aceleradores de energía de alta vibración, que además de limpiar van a elevar la vibración energética del lugar y eliminarán todos los bloqueos que impidan el libre fluir de la energía de la Prosperidad y la Abundancia.

Después de efectuar ambas limpiezas podemos activar las zonas del Pa Kua (Trabajo, Relaciones, Familia, Prosperidad, Salud, Benefactores, Hijos o Creatividad, Sabiduría y Fama o Reputación) a través del equilibrio de los 5 elementos: metal, agua, madera, fuego y tierra, representados por colores, formas, objetos, obras de arte, o el elemento en sí.

Cada una de estas zonas representa las aspiraciones que tenemos los humanos y armonizadas nos ayudarán a vivir en armonía con nuestro entorno, con la naturaleza, en equilibrio con la Tierra y el Universo. Hagamos un matrimonio interno con nuestras energías yin y yang y a partir de ahí viviremos con PROSPERIDAD.



















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